La desnaturalización, un peaje si hay resultados

Sampaoli, que se llevó a Éibar a Carlos Fernández, el jugador que salvó los puntos en el último triunfo ante Las Palmas, ha abierto sin querer otro debate, el del fútbol de los profesionales puros y duros y el de los que defienden con el corazón el escudo que aprendieron a querer desde niños. Con extranjeros o españoles, lo que el sevillismo quiere es que su equipo gane, pero en Éibar se vio un Sevilla desnaturalizado, adjetivo que la Real Academia de la Lengua define como «que falta a los deberes que la naturaleza impone a padres, hijos, hermanos, etcétera».

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