Condiciones físicas al margen, las cuales le pueden permitir a un deportista superar adversidades y rendir al más alto nivel, los grandes preparadores distingen a un jugador brillante o del montón del mejor por la diferencia mental. Un ejemplo puede ser el tenista Rafa Nadal, capaz de resplandecer y sobresalir en el momento adecuado, aún no teniendo el mejor físico. Con ello, la psicología del deporte destaca la importancia de estudiar la conducta del hombre durante la actividad deportiva para aumentar el rendimiento. Y de eso sabe mucho el portero Beto… Aunque él, quizás y paradójicamente, no lo sepa.