El sevillismo vivió una gran fiesta, la que suele acompañar a las grandes victorias ante el Real Madrid… o el Barcelona. La tremenda desilusión de la derrota ante el Manchester City dio paso a una noche felicísima en la que, por fin, los grandes fichajes del Sevilla realizaron una reivindicación colectiva que agradecerá Monchi. Fue el día del debut goleador de Immobile, el día del primer tanto fructífero de Llorente, la gran noche de Konoplyanka… y la eclosión de ese futbolista que había despertado tantas dudas y que fue clave para superar la presión adelantada de los madridistas y sacar al Sevilla de la cueva: N’Zonzi. A la fiesta se sumó Mariano, y también Andreolli.
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