Mientras Emery daba explicaciones algo fatuas sobre la posición de Rakitic y los cambios obligados, el héroe que lo salvó de una airada protesta del público de Nervión sorprendía con una frase autocrítica. «Ha sido importante el triunfo, tengo que ver que no ha sido mi mejor partido, pero el equipo ha ganado y eso me da mucha fuerza». Lo dijo el autor del 2-1 balsámico para rematar unas declaraciones en las que argumentó que el Almería fue un difícil contrincante y que el Sevilla luchó hasta el final por un triunfo que quizá no mereció por lo desarrollado en la segunda parte, sí en una primera en la que desperdició varias ocasiones, incluso dos lanzamientos al palo, de Iborra y de Rabello.