Valentín Barco fue llegar y ser titular a los pocos días, pero rápidamente fue perdiendo la confianza de García Pimienta, fundamentalmente tras el partido de San Mamés, hasta no jugar absolutamente nada.
El entrenador captó una preocupante falta de cualidades defensivas, ya que su capacidad en ataque no comprnsaban todas las carencias que tenía a la hora de ayudar atrás.
El propio Brighton, club del que procede, fue quien decidió romper la cesión con el Sevilla, viendo que era un activo que estaba perdiendo valor día tras día, sin contar con oportunidades de jugar.
El Sevilla no puede hacer nada unilateralmente, ya que recibiría una sanción económica por contrato y debe esperar a que el equipo inglés le encuentre un destino.
En un principio, parecía que el Oporto iba a hacer su próximo equipo, pero la operación se cayó, estando en estos momentos los británicos ofreciendo al futbolista a todos los equipos posibles, incluido al Betis.
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El Sevilla pierde la paciencia, porque para incorporar a un lateral, es obligatorio que salga el argentino y ya quedan pocas horas para que se cierre el mercado de fichajes.
Las llamadas entre los clubes están cruzándose y Víctor Orta presiona, a la vez que negocia con un sustituto.
