No es muy habitual que un jugador decida borrarse de un partido importante, de esos que nadie se quiere perder. Vaclik, que tuvo que ver toda la fase final desde el banquillo, lo hizo abrazado a su entrenador, quien entendía que había hecho un sacrificio por el equipo. Porque el checo era el portero titular para Lopetegui. Se lesionó en la recta final de LaLiga y Bono respondió bien en los partidos que restaban. Aun así, el entrenador esperó a Vaclik, que comenzó a entrenar con el equipo días antes del inicio de la competición europea frente a la Roma. Y es que el portero fue totalmente sincero con su entrenador. Le dijo que no se encontraba aún al 100% para disputar ese encuentro, que la mejor opción era seguir contando con Bono. Ese caballeroso y deportivo gesto de Vaclik le ha podido costar la portería del Sevilla, pero ha ayudado como nadie a su equipo a ser campeón.