Esta decisión no cambiará la forma o el estilo de juego habitual de los equipos. Pero sí permitirá cambiar la estrategia de forma más sencilla con un nuevo planteamiento. Puede iniciarse un partido con una idea y el aumento de cambios da opciones diferentes al sistema actual. Quien mejor se adapte al nuevo concepto de juego, obtendrá mejores resultados. Se podrá reforzar la defensa con dos cambios; o el centro del campo fácilmente o la delantera, cambiando radicalmente de pizarra. Y si a ello se le une la posibilidad de contar con una plantilla amplia, jugadores de refresco de igual calidad o diferentes características, el planteamiento táctico entra en una nueva dimensión. Si los partidos se disputan cada 48 o 72 horas, con la sobrecarga de trabajo que acumularán, en los casos de plantillas cortas, los clubes se verán obligados a utilizar mucho a los canteranos y éstos definirán un gran número de partidos.