Tras el fiasco que supuso la nueva derrota contra el Manchester City, y con los clamores de la afición todavía retumbando contra Pepe Castro en el Estadio, el Comité ejecutivo del club se reunió esa noche y al día siguiente, para tomar una determinación sobre el futuro de Julen Lopetegui.
De los seis integrantes de ese órgano de la entidad, sólo Monchi seguía confiando en la figura del entrenador para sacar esto adelante.
Fue su principal valedor cuando lo trajo, en los momentos de duda cuando se decidió que siguiera este verano, y en esta situación donde los resultados y el juego le han dado la cara al equipo.
Él también se siente en parte responsable, dada la planificación llevada a cabo, saliendo tres pilares como Koundé, Diego Carlos y Ocampos, y con fichajes a última hora y fuera de forma.
Sin embargo, los dirigentes quieren una cabeza de turco para calmar los ánimos de una afición que se dirigió al palco, sabiendo que el puesto del entrenador está más que amortizado.
Sólo una gran imagen con victoria contra el Espanyol y posteiormente en Copenhague y Villarreal, podrían terminar de dar la razón a un Monchi, que pide un tiempo que no tiene.
Tal es así que ya se habría contactado con otros entrenadores como Sampaoli, Marcelino o, el último en salir, Laurent Blanc.