En sólo quince días, dos semanitas, se juega el Sevilla demasiado como para llevar tanta carga. En todos los sentidos: por el evidente prestigio depotivo y, por supuesto, por unos valores económicos que le darían al equipo la posibilidad de dar un paso más en su planificación de la próxima campaña. El pase a Europa es casi ya una realidad y aplauso merece la entidad por jugar quince veces en dieciséis años competición europea. Pero ya habrá tiempo para ello. El Leganés y la Liga de Campeones deben ocupar la concentración de unos jugadores que tienen en el duelo ante el Rayo Vallecano del pasado jueves el modelo a seguir, no sólo en cuanto a la segunda parte, donde llegó la goleada, sino también con la primera parte como referencia por el carácter ganador del equipo buscando la meta rival.