En un mercado normal, en el Sevilla estiman que no habría sido difícil encontrar alguna oferta entre los 50 y los 60 millones de euros. Con la pandemia, en Nervión escuchan ofertas a partir de 40 millones. Y desean que lleguen. Porque Diego Carlos tiene la llave de la planificación sevillista. Las plusvalías de su traspaso servirían para remodelar la defensa -lateral derecho, central y lateral izquierdo- y, sobre todo, para buscar un jugador diferencial para el ataque. Monchi ya se quedó con las ganas el curso pasado cuando no pudo cerrar a Bergwijn. Para este curso tiene otro gran nombre en mente, pero necesita una gran venta y Diego Carlos sería el sacrificado por delante de Ocampos.
