Tomarse con naturalidad los resultados implica una madurez -como en todos los órdenes de la vida- también en el fútbol. En pretemporada, éstos tienen una importancia aún menor, una trascendencia más que relativa y muy discutible cuando pueden aparecer lesiones, como las sufridas ayer por Gameiro y Carlos Fernández, y cuando se ponen al descubierto determinadas carencias.