Para muchos, Bono, es el mejor portero de la historia del Sevilla, al menos el más completo en cuanto a características técnicas y es que lo tiene todo. El aficionado sevillista lo echa mucho de menos.
El club ha cosechado éxitos innumerables con él bajo los palos, dos títulos de Europa League, el récord de puntos en Liga y el único Zamora que tiene la entidad.
Se marchó a Arabia, tras recibir el Sevilla aproximadamente veinte millones de euros, y lo cierto es que su ausencia se está notando bastante.
De hecho hay una pequeña maldición desde que puso rumbo a Oriente Medio, y es que él habitualmente paraba mucho penaltis, y desde que no está, los once penaltis que se han tirado en contra del Sevilla, todos se han convertido en gol, 11 de 11.
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Es más, en el último título de la entidad de Nervión, la séptima Europa League en la final de Budapest, el portero marroquí paró dos penas máximas.
También fue el protagonista de la eliminación de España en el Mundial de Qatar, parando también varios penaltis en la tanda.