El Sevilla se quedó ayer con cara de bobo. Nunca debió perder el partido. Su juego, aunque no fue el de las mejores tardes, superó al Atlético de Madrid. El equipo de Simeone propuso un partido cicatero. Esperaron a la contra y se llevaron el gato al agua. Metieron la única jugada clara que tuvieron aunque el tanto de Falcao nunca debió subir al marcador por la mano previa de Mario.