El madrileño no viajó a Barcelona, por una sobrecarga, y abre también una incógnita sobre qué papel tendrá a partir de ahora, después del affaire sobre su renovación, con Caparrós en primera línea de combate negociadora. La relación entre ambos ha podido ensuciarse de alguna manera y, aunque en esta ocasión está tocado y eso justifica su ausencia, no cabe duda de que Caparrós es hombre de pedir máxima implicación y puede que no esté muy satisfecho con las diferentes calabazas que le ha dado Sarabia a la hora de la renovación, agrio cruce de declaraciones incluido.