Italia amaneció ayer con las informaciones que vinculaban, de nuevo, el futuro de Unai Emery al banquillo del Milan. El interés de la escuadra rossonera es fuerte. Realmente, nunca ha desaparecido y al vicepresidente de la entidad transalpina Adriano Galliani no se le ha borrado el nombre del técnico vasco de la cabeza desde que el pasado verano cayeran en saco roto las negociaciones para su fichaje.