Hubo una acción en el Sevilla-Sporting que enfrentó a los banquillos de ambos equipos: el minuto 93, Cuéllar saltó para agarrar el esférico y se fue inmediatamente después al suelo, aparentemente dolorido, y echándose las manos a un tobillo. El ábitro le mandó lanzar la pelota fuera, para que pudiese ser atendido por los servicios médicos, y eso terminó de enfadar a los jugadores de Sampaoli, quienes entendían que los asturianos estaban perdiendo el tiempo de manera deliberada y reiterada.
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