Hoy es Domingo de Ramos… y todavía no ha ganado fuera de casa el Sevilla. Han ido pasando las estaciones, las fechas señaladas en el calendario emocional de la ciudad, y el Sevilla no ha torcido su feo destino como viajero. Dejó atrás el verano, la vendimia, San Miguel y San Andrés, la Pascua de Navidad, la Pascua de Epifanía… Está resistiéndose a morir el invierno, asoma ya la primavera y con ella la Pascua de Resurrección… Y el Sevilla aún no le ha hecho la pascua a ningún equipo de la Liga española después de tocar, amablemente, su puerta para pasar. Por ello, pensar que hoy, mientras suenan los tambores y cornetas, que sonarán pese a los agoreros, va a curar por fin su estigma de huésped bonachón, precisamente hoy que visita el Santiago Bernabéu, es para tener una fe a prueba de demonios.