Un Valencia-Sevilla, como clásico del balompié español, siempre contendrá mucha química en su barriga. Más después de ese cabezazo de Mbia, hace dos años casi, que tanto escuece aún en la ciudad que riega el Turia. Por si no fuera bastante el picante, que lo era, la zozobra valencianista en la Liga -la misma competición que remató el pasado curso con 77 puntos- va a convertir esta tarde Mestalla en lo más parecido a un polvorín, valga el recurrente símil.