Tras la buena imagen y el pase en la Copa del Rey ante el Levante, vuelve la Liga al Ramón Sánchez-Pizjuán y lo hace con su habitual carga de complejidad. El torneo de la regularidad, incluso su reflejo en la Copa, está caracterizándose por la igualdad y el mejor ejemplo de ello es el trabajito que le costó al Barcelona doblegar al Granada en el estreno de Quique Setién. El equipo de Diego Martínez dio una buena muestra en el Camp Nou de lo que es capaz y Julen Lopetegui advirtió de ello en la previa. También recordó el entrenador guipuzcoano del Sevilla de qué manera salió victorioso su equipo del partido de la primera vuelta. Ganó el visitante como pudo haber empate o victoria local. Y esas dos referencias están muy claras en el cuerpo técnico nervionense y, cabe imaginar, en el vestuario. De modo que, dado que visita Nervión «uno de los equipos más complejos» de la Liga, es lógico colegir que la rutina liguera tendrá en la cerrada noche de Nervión un capítulo con aristas envueltas en frío y humedad, amén de otras circunstancias deportivas de peso.