Es el momento de la confirmación para el Sevilla de Eduardo Berizzo después de haber despejado algunas dudas convenciendo a la afición ante el Spartak de Moscú. El triunfo sobre el equipo ruso en la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions ha aplacado los nervios, ha devuelto la confianza al equipo y permite mirar el futuro con más optimismo. Al menos sin la siempre desagradable sensación de que todo se cuestiona y con cierto margen para que el entrenador argentino madure su idea de equipo en el proyecto que aceptó liderar el pasado verano.