Para Lopetegui, esta noche espera a los suyos una suerte de Borussia de Lucena. Y tratará de inculcárselo a los once que salten a la hierba artificial de un terreno de juego que al menos, para paliar esa hostil superficie –ayer se entrenaron en una similar los sevillistas–, goza de unas generosas dimensiones. No es una ratonera plagada de pequeñas trampas, como a veces pasa en estas primeras eliminatorias coperas. A las entrañas de la Subbética acude el Sevilla sin ninguno de los que ya se perdieron el reciente viaje a Getafe. Ni Vaclík, ni Jesús Navas, ni Munir ni por supuesto Escudero, al que le queda más tiempo de baja por su maltrecho codo, se subirán al autobús esta mañana. Será el turno de los Aleix Vidal, Sergi Gómez, Rekik, Gudelj, Franco Vázquez, Óscar Rodríguez, Carlos Fernández, Idrissi. Incluso el muy aconsejable descanso de Diego Carlos puede darle el relevo al aún inédito Gnagnon, quien en la rutina de la ciudad deportiva parece que se afana en convencer a Julen Lopetegui de que es útil para la causa.