Aun con la plantilla por perfilar, el Sevilla de Julen Lopetegui demostró en Cádiz que en el grupo que tiene a sus órdenes hay soluciones para adaptarse a lo que demandan los partidos. Sin pilares como Fernando y Koundé, que descansaron en la grada, el giro táctico y los cambios que realizó el guipuzcoano en el todavía Ramón de Carranza le dieron un peleado triunfo al Sevilla, en una segunda parte en la que se hizo patente que las pruebas que venía realizando en los amistosos de pretemporada tenían su motivo: dar más posibilidades tácticas al equipo para hallar nuevas vías en pro del triunfo. No es que de buenas a primeras se haya inventado Lopetegui un nuevo dibujo táctico. El 4-3-3 continúa siendo la piedra angular de la disposición táctica del Sevilla de Lopetegui. Y ya en su primera temporada fue recurrente el giro dentro de un mismo partido hacia otro esquema, un 3-5-2 con defensa de tres, dos carriles y dos delanteros. De esa forma llegó la remontada en Cádiz.