El concepto resiliencia, de raíz psicológica y usado desde hace años en el fútbol, fue puesto de moda por Julen Lopetegui la temporada pasada, cuando su equipo se adaptó a las duras condiciones de un calendario sin descanso tras el confinamiento. El éxito de la vuelta del Sevilla tras el parón competitivo fue obvio: le dio continuidad a su remontada en la Liga hasta terminar cuarto igualado con el Atlético de Madrid y se coronó en Colonia con la sexta Europa League. Pero el Sevilla fue, junto con el Bayern Múnich, el equipo que menos descansó y ahora empieza a ver las consecuencias de esa fatiga que ya no sólo es mental, también lo es muscular, como prueba la lesión de Jesús Navas y también la de Acuña. Todas estas circunstancias han agriado el discurso de Lopetegui, que siempre invitó a «tomar la siguiente curva tal y como venía».