La semana fantástica de Reyes termina en Granada. Ya había pocas esperanzas sobre él, así que su regreso ha sido una gran noticia. El fútbol nunca le ha dado vértigo a Reyes pero sí pereza. Por eso, porque no le ha concedido ninguna importancia al término triunfar, se va tantas veces como viene y en eso está ahora el sevillismo, preguntándose cuánto le va a durar esta repentina pasión. No se fía de él ni Del Nido, que se empeñó en traerlo de vuelta hace dos inviernos y que sospecha que, a pesar de haber recuperado un talento que además fue símbolo del crecimiento del club (el ingreso de su traspaso al Arsenal se invirtió en forjar el mejor Sevilla de siempre), aquello no fue buena idea.