El Sevilla está en una tesitura muy complicada y es que necesita el apoyo de su gente y sobre todo que su afición se declare en rebeldía ante la injusticia que se está cometiendo con este escudo.
Los mandatarios de esta entidad están demostrando ser unos auténticos incapacitados para gestionar una sociedad tan grande como el Sevilla Fútbol Club. La afición está cansada y transmite un mensaje claro: «Junior vete ya».
Saúl Ñíguez, uno de los pesos pesados del vestuario, ha hablado para el diario El País, y sin duda muestra su compromiso con el club y tiene asumido que esta temporada se va a sufrir:
«Llevo menos de tres meses aquí, pero el club me ha dado la responsabilidad de que ayude a los compañeros en una situación como esta. Tengo que dar la cara, jugando y sin jugar, para ponerle las cosas fáciles a unos compañeros que, si se les mete caña, en uno o dos años están quemados».
«Quiero que la gente de la cantera del Sevilla que está saliendo tenga un recorrido de 15 años en el club. Los que llevamos más tiempo en el mundo del fútbol debemos asumir esa responsabilidad. En épocas malas, los golpes duelen más, pero tengo las espaldas muy anchas. Que nos den a nosotros. Mandé un mensaje para que el sevillismo se desahogara conmigo. La gente respondió bien».
La situación social y accionarial: «Eso llega. Es un ruido externo que no podemos controlar y que no debería afectarnos, pero llega. Igual no te afecta de primeras, pero si el Getafe te da un golpe, con tanto ruido, ese golpe te afecta diez veces más. Si nos hacen un gol, es complicado ahora que la gente nos ayude a salir de esa situación. Pero, ojo, no me escondo, los primeros responsables de todo somos los jugadores y somos los que nos tenemos que ganar el apoyo de la afición transmitiendo desde dentro del campo»
«Los más veteranos tenemos que transmitir a los más jóvenes lo que significa vestir la camiseta del Sevilla. Aquí hay gente joven, que viene de la cantera y de otros equipos, que ven la situación y es complicado para ellos saber llevar la presión. Mi misión es que la mierda nos la comamos los veteranos».
Paciencia poca: «Entiendo que no hay tiempo, que te exijan resultados de manera inminente, pero tenemos que analizar las cosas. El Sevilla viene de dos años muy malos y esta dinámica tan mala no se puede cambiar de un día para otro. Y el problema no es solo deportivo, pues hay una mala dinámica social, institucional y económica. Las cosas están ahí y eso lo sabemos los jugadores, el director deportivo y el presidente. Si queremos devolver al Sevilla a lo más alto los primeros que tenemos que rendir somos los jugadores, que somos la cara visible de este proyecto».
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Compromiso: «Estoy aquí para comerme la mierda. No estamos en un momento para pedir nada. Sí me gustaría lanzar un mensaje de ilusión, trabajo y compromiso, y sobre todo de unión. Son momentos complicados y necesitamos unión. El Sevilla no está a su mejor nivel, es evidente».