Sólo había que acudir el lunes al Ramón Sánchez-Pizjuán para comprobar que lo que parecía un conflicto solucionado entre los Biris y la directiva del Sevilla es un asunto enquistado y sin visos de solución definitiva cercana.
Sólo había que acudir el lunes al Ramón Sánchez-Pizjuán para comprobar que lo que parecía un conflicto solucionado entre los Biris y la directiva del Sevilla es un asunto enquistado y sin visos de solución definitiva cercana.