La institución continental hizo referencia a la convivencia de seguidores de los dos clubes en un extremo del campo como principal causa, por la cual la policía suiza se vio obligada a intervenir interponiéndose entre los bandos.
Además, la UEFA estudia sancionar por separado a los conjuntos por otras conductas. Primero, los ingleses son acusados de encender fuegos artificiales en el interior de la sede de la final. En segundo lugar, recoge una serie de lanzamientos de objetos provenientes del sector de la afición hispalense.