Este Sevilla tiene muy mala pinta y la afición de Nervión acabó ayer muy triste y sobre todo muy preocupada con lo que vio de su equipo. Está clarísimo que va a echar toda la temporada peleando por no descender a Segunda.
Si el sábado pasado la alegría en el Ramón Sánchez-Pizjuán por haber ganado el primer partido de liga, era tremenda, ayer fue dramático.
Al equipo se le ven carencia en todas las zonas del campo, el centro de la defensa es un desastre, los laterales ni atacan y defienden, el centro del campo muy blandito y ayer falló hasta Nyland.
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Por sacar algo positivo, Lukebakio consiguió marcar un auténtico golazo coma aunque llegó tarde para que su equipo reaccionara. Aunque su rendimiento es irregular en los partidos, aparece y desaparece, es evidente que para este Sevilla tan mediocre, tiene que ser fundamental.