El fútbol no dejará de sorprenderte. Es una ley que acaba de comprobar el Sevilla de Pablo Machín, capaz de pasar por encima del Athletic en una buena segunda parte copera en San Mamés y pasarlo mal hasta el punto de caer con claridad en el mismo escenario frente al mismo equipo sólo cuatro días después. La ventaja que tiene el Sevilla es ese 1-3 que otorga cierta tranquilidad en esta cita de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey, competición de la que es el vigente subcampeón y en la que quiere seguir adelante y llegar muy lejos. El grupo y, sobre todo el cuerpo técnico, es suficientemente inteligente como para no dejarse llevar por confianzas y el Athletic le demostró el pasado domingo que en el fútbol dos y dos no tienen por qué ser cuatro.
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