El Sevilla FC se clasificó para octavos de final de la UEL, pero sufrió un desagrabale hecho, en los minutos finales del partido.
El guardameta Marko Dmitrovic, sufrió una agresión por un aficionado del equipo local, que no pasó a mayores por la fortaleza del portero serbio.
Incomprensiblemente, el árbitro mando continuar el choque, a pesar de que el cancerbero tenía marcas del forcejeo con el aficionado y que durante el partido se habían lanzado botellas al campo.
Un aficionado ha querido comparar este hecho con lo sucedido hace un año en el Villamarín, respecto a la reacción del equipo rival y el que tuvo el Betis en su día…