El enfado de los sevillistas en la primera parte no es ya sólo por el gol ilegal y la no expulsión de Song, sino por las constantes faltas señaladas en su contra. Las imágenes hablan por si solas.
El enfado de los sevillistas en la primera parte no es ya sólo por el gol ilegal y la no expulsión de Song, sino por las constantes faltas señaladas en su contra. Las imágenes hablan por si solas.