De números escandalosos, de los que hacen sangrar los ojos, vive actualmente un mercado de fichajes inflado por los nuevos reyes del fútbol: gente que se pone al mando de un club como si del Comunio se tratara, pagando cifras astronómicas por futbolistas terrenales, todo por ser mejor que el otro, por hacerse con el cromo que al rival le falta; valga lo que valga. El resultado estos últimos años de clubes como el PSG, Manchester City, United o el Mónaco —en un verano de locura que tuvo— se puede ver observando la lista de últimos campeones de Europa, en los que no figura ninguno de ellos. No siempre el que más paga gana. Y para muestra, el Sevilla que tan bien maneja desde los despachos su director deportivo, Monchi.