Pablo Machín (Soria, 1975) cayó de pie desde el minuto en que asumió el cargo de entrenador del Sevilla. El ex del Girona disputará su segunda temporada en Primera y lo hará con otro escudo y una nueva camiseta, la de un grande de Europa. El soriano, con más valor que Viriato, ni se descompone cuando estos días observa que el termómetro marca 40. Lo suyo es puro fútbol. Lleva mes y pico en Nervión y, con su pinta de profesor universitario ‘progre’, se ha metido a los sevillistas en el bolsillo. ¿Cómo?