El Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) responsabiliza al equipo local de los posibles incidentes que se puedan producir en los partidos en relación con la seguridad, a menos que «acredite el cumplimiento diligente de sus obligaciones y la adopción de las medidas de prevención exigidas». Depende de la gravedad que determinen ambas instituciones. En caso de estipular lo sucedido como un incidente grave, y atendiendo al artículo 108, el Eibar podría ser multado con entre 6.000 y 18.000 euros. Si es considerado «muy grave», las consecuencias podrían ser la multa de entre los 18.000 y los 90.000 euros o la inhabilitación del responsable de seguridad para ocupar cargos de responsabilidad en la organización por un periodo de dos a cinco años. Incluso podrían provocar el cierre parcial o total del estadio.