No es casualidad que el notable rendimiento de Mariano y Escudero llame la atención a todo el mundo. Ellos han sabido interpretar mejor que nadie el libreto del técnico argentino, exhibiendo disciplina táctica, productividad y lo más importante: un gran sacrificio y equilibrio entre las tareas defensivas y las constantes incorporaciones al ataque. Pero el brillante rendimiento de estos dos jugadores también le plantea un problema coyuntural al entrenador: la dificultad para encontrarles relevos de garantías en sus posiciones dentro de la actual plantilla. Escudero y Mariano apenas rotan. Lo juegan casi todo.