Muchas veces, quienes organizan este tipo de enfrentamientos con equipos de los escalafones inferiores, deberían sopesar los riesgos. Al futbolista profesional, por lo general, le incomoda medirse a jóvenes en mitad de una semana. Si, encima, el choque llega tras varias sesiones físicas muy duras y cuando el rival, en este caso el equipo juvenil, no tiene Liga esta semana, puede resultar lo que ayer se vio en la ciudad deportiva. Si el año pasado el filial le ganó a un desmotivado primer equipo en una ocasión, el cuadro de División de Honor que adiestra Agustín López dominó en algunas fases de la prueba al equipo de Míchel.