Como bien saben los lectores de esta casa, en ocasiones intentamos explicar terminología o expresiones jurídicas o económicas, extrapolándolas al mundo del fútbol, comentando así una cuestión de actualidad desde un prisma distinto – la última, la de Easterlin y Emery -. Comprendo que esto no es muy normal (porque leer a Maquiavelo y acordarte de la atrocidad de la supresión del abono infantil es de no estar muy bueno), pero es inevitable. Que la mente de uno proceda a interconectar pasiones es incontrolable. El caso es que leyendo el otro día un artículo sobre la incidencia que tiene en bolsa el “efecto halloween”, reparé en la plaga de lesiones que ha vivido el equipo en este principio de temporada, casi todas de ellas de índole muscular.