Hubo que sufrir. Pero así sabe incluso mejor. El Sevilla venció con justicia, con más oficio que brillantez, y es líder de LaLiga en solitario con un tercio del campeonato cumplido. Un hecho seguramente anecdótico. Pero esos puntos ya están en el zurrón y la ilusión de la afición no tiene por qué tener frenos. De inicio, Machín concedió descanso a Mercado y el Mudo tras su largo viaje y, a falta de Gonalons, apostó por Roque Mesa para situar de nuevo a Banega más cerca de los puntas, como hiciera en el segundo acto ante el Espanyol. Y como ante los pericos, el de ayer era un duelo para tirar de paciencia, ante el rival menos goleado de Primera.