En una entrevista a la revista oficial del club Football Club, Lillo confesó su gran tristeza personal: «Yo sólo quise ser jugador de fútbol. Cambiaría todo por haber jugado tan sólo un minuto al fútbol. Esa frustración siempre la tendré. Me moriré con esa pena. Uno se acerca al fútbol a jugarlo. De repente me encontré siendo entrenador de mis compañeros. A final fue una buena noticia. Es el medio de vida mío y de mi familia. Pero sigo soñando y llorando por no haber sido futbolista. Con eso voy a morir. No todo el mundo tiene la vida que le gustaría tener», sentenció.
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