Un auténtico marrón difícil de solucionar, pues, con 30 años a sus espaldas, Fernando Llorente aún entiende que tiene fútbol y no baraja a priori el enrolarse a ligas como la MLS (Estados Unidos) o el fútbol árabe, donde sufragarían sin problema su actual caché pese a su bajo rendimiento en Sevilla. Sin mercado en España, y con las reticencias de un Campeón del Mundo en horas bajas, la Premier podría presentarse como su gran escaparate, convirtiéndose en el fichaje estrella de algún club de segunda fila con las arcas repletas gracias a la televisión.