A Del Nido en estos días le basta con sentir el feedback que ha provocado su órdago. Se alimenta, y engorda su ego, recibiendo tanto muestras de apoyo por un lado como recomendaciones más conservadoras por otra. “Lo mejor está por llegar”, es la frase que Del Nido hizo célebre antes incluso que ningún título cayese en manos sevillistas y la que repite ahora, con aire de socarronería, en las relaciones con sus adeptos. El ex presidente está convencido de que con él el Sevilla daría el paso definitivo para volver a igualarse en España con el Real Madrid y el Barcelona, como en 2007 y esa Liga que rozó el equipo de Juande Ramos. Nunca dejó de pensar que poco antes de dejar a la fuerza la presidencia, el Sevilla mantenía un pulso entre iguales con el Atlético de Madrid y que la lucha por un reparto televisivo justo la inició él enfrentándose, mientras lo tachaban de loco, a los peces gordos del fútbol español. Desliza que controla 43.000 acciones y que Castro y sus socios 34.000. Lanza el órdago y se sienta a ver la reacción que produce.