Pocos, muy pocos, eran los que esbozaron una sonrisa cuando el Sevilla anunciaba que Julen Lopetegui era el técnico elegido para dirigir el proyecto para la temporada 2019-20. Había cierta animadversión por el preparador vasco por una mezcla de circunstancias: poco bagaje a nivel de clubes, su destitución de la selección por haber negociado su fichaje por el Real Madrid y el fracaso en su campaña en el conjunto blanco establecieron un clima de desconfianza y críticas por la elección de la que le ha costado zafarse.