Lopetegui y su estilo, exitoso, cabe recordar, sigue intacto, fidelísimo a sí mismo. Evidentemente ese estilo tiene sus contradicciones y sus lecturas negativas. Para ganar en Getafe necesitó de un autogol de Etxeita en el minuto 81, después de haber mandado en el partido con un control exhaustivo del mismo, tanto en la fase ofensiva como en la defensiva. Sigue creando cierta incertidumbre que el Sevilla necesitase nada menos que 565 pases buenos, frente a los apenas 133 del Getafe. Además, en los partidos de más alto nivel, Chelsea y Madrid, cayó derrotado. Y eso es otro síntoma de que quizá esté tocando techo. Pero la realidad es que si hay un equipo que se parece a otro como dos gotas de agua es el Sevilla de Lopetegui del año pasado y el Sevilla de Lopetegui de este año. Y ya se sabe cómo terminó la cosa la pasada temporada…