El Sevilla vivió un partido extraño en Anoeta. A pesar de hacer un buen partido, al menos en el aspecto ofensivo, se vino de vacío y además con errores de bulto que lamentar, propios y ajenos. Principalmente, cinco que evitaron que los de Emery sumaran los tres puntos. Alejandro Arribas protagonizó, en una mañana negra, la mayoría de ellos.