Por último, pocos hay que no recuerden aquel partido en Atocha en el que Anton Polster arrojó la camiseta del Sevilla al suelo tras ser sustituido en el minuto 67 por Antoñito. Vicente Cantatore, entonces técnico nervionense, le castigó sin jugar en la siguiente jornada. Podría decirse que fue el principio del fin de la historia del austriaco en el Sevilla, que ese verano acabaría marchándose al Logroñés.