Aunque publicaciones como ‘Foot Mercato’ advierten que los culés están en contacto con el brasileño y su entorno, lo cierto es que su mudanza al Camp Nou es complicada por dos factores que ponen en duda su incorporación. Su condición de extracomunitario es un asunto a tener en cuenta, puesto que el rompecabezas de la plantilla está por definir. La otra cuestión insalvable es la de su precio, atado a una cláusula de rescisión de 75 millones de euros. Esta vía la utilizó el Barça para captar a Lenglet, que costó unos 35,9 millones que parecen baratos. Sin embargo, Monchi fue contundente cuando le preguntaron por la situación del futbolista: «No le pongamos a la casa el cartelito de se vende cuando yo no tengo interés en venderla».