Julen Lopetegui fue el primero en tomar la palabra en el acto de entrega del XII Dorsal de Leyenda del Sevilla a Juan Carlos Unzué. «Tenía preparado qué decirte, pero prefiero hablar de nosotros. Ejemplar, inspirador… cuando teníamos 18 años te escondiste en mi casa para escapar de los periodistas, podríamos escribir un libro. Ninguno teníamos en la cabeza que te convirtieras en alguien tan ejemplar. Nos llevabas al límite entrenando y ahora en cómo afrontar el día a día, algo que trato de transmitir en el día a día. Eres mi héroe de carne y hueso, te doy la gracias por lo que representas, el lema del Sevilla FC no puede tener mejor legado que tu persona».
Monchi, por su parte, contó una historia. «Coincidí siete años con Juan Carlos y tuve la oportunidad de convivir con él y crecer. Yo quería ser Juan Carlos Unzué, era un espejo en el que mirarse para un recién llegado del filial como yo, intentaba siempre hacer lo mismo que él. Bebo agua con gas porque me lo pegó, uso la misma colonia que utilizaba con él, las botas, los guantes… todo lo que intentaba mejorar, crecer, era fijándome en él. Ahora también quiero ser Juan Carlos porque nos ha dado un ejemplo de enfocar la vida».