El despido de un jugador de fútbol es un hecho muy poco común en el fútbol y si encima es por sobrepeso, más raro aún. El Sevilla FC ha decidido rescindir el contrato de Gnagnon, dos años antes de su finalización, por su indisciplina a la hora de mantener un peso acorde con un jugador de élite.
El club le tenía preparada hasta la comida que debía comer y cuando tenía que comerla, pero el jugador se lo saltaba y, según cuentan, era un asiduo a la comida rápida a domicilio. En el Sevilla tienen todas las pruebas preparadas para el caso que haya que acudir a los juzgados, con controles de peso que en algún caso superó los 100 kilos para un jugador de 1,82 de altura.
A todo ello, por si fuera poco, la falta de interés de representante y representado por salir a otro club, a pesar de las propuestas presentadas, considerando más rentable aguardar los dos años de contrato que le quedaban.