La presencia de Unai Emery en el banquillo nervionense ha venido caracterizada desde sus inicios por los diferentes estados de ánimo que genera el de Hondarribia en la afición blanquirroja; una auténtica montaña rusa que vivió su máximo esplendor hace unas semanas, cuando ante el Granada, en Copa (4-0), y ante el Málaga, en Liga (2-0) fue ovacionado por el sevillismo.