En el fútbol actual cualquier detalle, por mínimo que sea, puede decidir un partido. Por eso, los departamentos médico y de comunicación, bajo las directrices de la dirección deportiva, se alían para beneficiar lo máximo posible a los intereses del equipo. Los entrenamientos a puerta cerrada son algo ya común y aceptado en todos los clubes, que desde hace tiempo, también amparándose en la ley de protección de datos, tratan de ocultar lo máximo posible las lesiones de los futbolistas, tratamientos, plazos de recuperación e, incluso, si entrenan o no entrenan con el grupo. Es por ello que el club está añadiendo nebulosa a las dolencias de Jesús Navas y Marcos Acuña. «Si a veces no damos la información, es porque no es algo grave», decía Monchi.